A día de hoy, en pleno siglo XXI, son muchos los que todavía siguen pensando que el fútbol es “cosa de hombres”. El deporte rey en buena parte del planeta siempre ha sido, tradicionalmente, más practicado y disfrutado por los varones. Era como algo suyo, algo que les caracterizaba, además, como hombres. Sin embargo, cada vez son más las chicas que saltan al terreno de juego, después de haberse interesado por este deporte que, independientemente del género, siempre sabe cómo encandilar a las personas. Y eso es algo que hoy estamos comprobando más que nunca, ya que en muchos países el fútbol femenino ya se ha constituido de forma profesional, con ligas muy potentes que aunque no rivalizan todavía en expectación con las ligas masculinas, sí que tienen mayor visibilidad.

En Estados Unidos y en buena parte de Europa, el fútbol femenino tiene ya un status bastante importante. También en otros países sudamericanos como Brasil o la propia Argentina, aunque acá todavía queda mucho por hacer para igualar a los chicos y las chicas a la hora de ponerse a dar patadas a un balón. Se trata de apoyar este tipo de disciplina para quitar los prejuicios que se puedan tener en torno al fútbol femenino, como el hecho de que las mujeres son mucho peores en este deporte, o que al tener menos fuerza, técnica y resistencia, el partido siempre es mucho más aburrido. Nosotros hoy queremos reivindicar no solo hasta donde ha llegado el fútbol femenino, sino sobre todo, cuál ha sido su evolución y su historia hasta el día de hoy.

Inicios del futbol femenino

Si bien hay registros muy antiguos que afirman que las mujeres ya participaban en los juegos de pelota que anticiparon al fútbol, no es hasta finales del siglo XIX cuando se tiene constancia del primer partido entre féminas, que se llevó a cabo en la ciudad de Glasgow, Escocia. Poco después, la activista Nettie Honeyball fundó el primer club femenino, el British Ladies Football Club, que jugó diversos partidos durante todo el principio del siglo XX. Curiosamente, fue durante la Gran Guerra cuando el fútbol femenino se masificó en Reino Unido, ya que fueron las mujeres las que se aficionaron a este deporte después de que muchos hombres tuvieran que marcharse al frente. Las fábricas y empresas tenían sus propios equipos, y echaban mano de las féminas para muchos partidos. La expansión siguió por todo el continente europeo, especialmente por la parte del norte.

 

Desarrollo en Europa y Latinoamérica

Inglaterra fue un país pionero en el fútbol femenino, y desde luego también el que primero acogió esta disciplina con mucho entusiasmo. De hecho, no sería hasta finales de los años 60 cuando el fútbol femenino comenzó su expansión por el resto del mundo, auspiciada en buena parte por las federaciones futbolísticas ya presentes, que hasta ese momento habían ninguneado al fútbol femenino y se habían centrado solo en el masculino. Es así como países europeos como Francia, Alemania, Italia, Holanda, Suecia o Dinamarca comienzan a desarrollar ligas que al principio eran amateurs, que con el paso del tiempo llegan a profesionalizarse de tal manera que hoy en día muchas chicas pueden vivir de este deporte, aunque es cierto que están todavía a años luz de los sueldos que cobran sus homólogos masculinos.

La expansión por Europa ha sido mucho más significativa en los últimos veinte años, incluso en nuestro continente. Brasil siempre ha destacado en el fútbol para chicas, y no en vano ha ganado varios torneos mundiales e internacionales, porque sus jugadores poseen un potencial increíble, algo parecido a lo que ocurre con sus chicos. En el resto del continente, al situación es un poco desigual, también dependiendo de la fama y la popularidad que el deporte tenga en cada territorio. Por ejemplo, acá en Argentina la liga femenina ya está llamando más la atención, pero no ha sido hasta estos últimos años en los que este fútbol femenino ha recibido ese empujón necesario.

 

Competiciones

Si bien es cierto que la expansión del fútbol femenino ha sido constante en el último siglo, no fue hasta 1982 cuando las ligas comenzaron a tener importancia y se llevaron a cabo también torneos internacionales. Los torneos de selecciones cada vez están cogiendo más relevancia, pero tampoco hay que olvidarse de las ligas nacionales. Sobre todo las europeas y la estadounidense, donde el fútbol femenino tiene mayor presencia, son las más importantes del mundo y están recibiendo apoyos en muchos casos por los propios clubes masculinos, que tienen su sección femenina y aportan no solo presupuesto, sino también mucha visibilidad a este tipo de fútbol, porque se trata de igualarlo lo máximo posible.

 

Mundial de futbol femenino

La competición más importante, como ocurre en el fútbol masculino, es el Mundial, que se desarrolla cada cuatro años, desde finales de los años 80. En estas dos últimas ediciones, la importancia y la relevancia de este torneo ha sido mucho mayor que en ediciones anteriores, algo que ya da buena cuenta de la altura que está cogiendo este tipo de fútbol. Los partidos han sido retransmitidos en una gran cantidad de países y el nivel general ha sido espectacular, siendo para muchos su primer contacto con el fútbol femenino, y quedando sorprendidos precisamente por ello. La historia de los Mundiales de Fútbol Femenino está llena de anécdotas y altibajos, pero parece que gracias a estas últimas ediciones, la situación se ha estabilizado mucho más.

El último Mundial se celebró en Francia en este año 2019, desde el 7 de junio al 7 de julio, y contó 24 selecciones clasificadas, después de jugarse una ronda previa con más de 130 selecciones. Argentina no consiguió pasar de la fase de grupos, empatando dos partidos y perdiendo el otro. La final la disputaron Estados Unidos y Países Bajos, llevándose la victoria las norteamericanas por dos goles a cero. Suecia quedó como tercera, completando el podio, tras vencer a la selección de Inglaterra en el partido por el tercer y cuarto puesto. El torneo se retransmitió para todo el mundo y contó con una asistencia récord en los estadios donde se jugaron los encuentros.